Deja de engañar, no quieras ocultar que has pasado sin tropezar.

jueves, 2 de abril de 2015

V.

De pronto me entristecí, porque era inevitable acordarme del momento en el que me di cuenta de que estaba enamorada de Adrián. Fue una tarde en el jardín de unos amigos. Adrián se habia derramado coca cola en el pantalon y, mientras bromeabamos sobre la leyenda urbana de que esa mancha desaparece cuando se seca, él cogió una gota de la lata y me la puso sobre los labios.
-Ojalá tu seas así. Ojalá no manches-habia dicho sonriendo-. Pero ojalá yo sepa como hacer que no te seques.

jueves, 12 de marzo de 2015

La bête noire de chacun...

Digamos que por H o por B a Dylan se le ocurrió la genial idea de comerse el mundo, y salió, y se lo comió.
Un dia decidió salir de esa ciudad que le atrapaba, decidió escapar de esa inocencia que le atormentaba, una historia que quizás jamás nadie llegaría a entender.
Se dijo a sí mismo que cada vez que esos recuerdos le vinieran a la mente, guardaría ese silencio que tanto relaja cuando cierras los ojos y dejas tu mente en blanco. Un regalo que agradece cada vez que los cierra, algo que le hacía sentir que estaba vivo. Luchas entre el nublo y la lluvia, así es el orden de las cosas.
Él sabía que el suelo aquel día respiraría, y salió a respirar con él.
Como cada mañana, desayunaba una tostada al grill unos 5 minutos, con los bordes bien negros, casi parecía una suela de zapato, acompañada de un vaso de leche con estrellitas de miel, que, según él, era comparable al desayuno de los dioses.
Tomó una ducha fría a ritmo de "November rain", ya que esas buenas costumbres jamás había que perderlas, vaqueros anchos, camiseta negra, y su mejor compra hacía ya 4 años, sus añejas converse classic. Así empezó su gran día, se dirigió al metro, mochila en mano, sandwich de york y tomate, fanta de naranja, y un paquete de kinder bueno, nunca descuidaba su dieta mediterránea.
Tercer banco a la derecha en la Gran Manzana, olor a  tráfico, suelo mojado, hojas de árbol pegadas al suelo un 24 de Octubre, aquel era el sitio perfecto para sentarse a tocar aquella pieza que llevaba meses de agonía ensayando en su habitación sin resultado alguno, si, sin duda alguna, ese era y él lo sabía.
Afinó su guitarra y entonó unos acordes para comprobar que lo había hecho bien, y en este momento, lo hizo. Su canción elegida fue "let it be" de The Beatles. Aquel SI bemol se le resistía durante meses y ese día iba a vencerlo costase lo que costase.
La gente,  en la gran manzana, suele ignorar a las personas que se ponen a tocar o pedir limosna en la calle, pero aquel día Susan se sentía cansada, y la llamada de la guitarra de Dylan le despertó como si hubiese tomado 7 red bulls en ayunas. Era la canción de su abuelo.
Sí, la canción de su abuelo. Esa melodía que solía susurrarle antes de dormir todas las noches. Susan jamás pedía historias antes de dormir, pedía canciones que contasen historias, y ésta, era la preferida de su abuelo Tom. Cada noche, al acostarla solía cantarsela al oido en voz muy bajita, hasta que Susan cerraba sus ojos y dormía plácidamente como si por arte de magia se tratase. Hacía ya 5 años que Tom perdió la vida debido a una enfermedad del corazón que fué llevándoselo poco a poco durante siete largos, intensos y muy angustiosos meses de hospital, en los que Susan jamás dejó de cantarle "let it be" en voz bajita a sus oidos. Ella creía que, después de escuchar a su abuelo, jamás podría volver a escuchar tales acordes acompañados de una dulce voz que mereciera la pena, pero allí estaba ella, sentada frente a Dylan con café barato en mano, cara de atontada, ansías de saber más, monstruos a los que vencer, palomas que dejar volar...
Creyó estar en un sueño y allí vio una señal divina.

martes, 4 de diciembre de 2012

Puede que sí, o puede que no.

L'amour est un combat perdu d'avant.
Es una buena frase para empezar un libro.
Me cuesta creer que exista gente que no crea en el amor, pero que sin embargo pueden llegarse a emocionar escuchando una canción, o que intenten perder el tiempo tratando de esperar a que llegue un príncipe o una princesa a lomos de un corcel cual cuento de hadas. 
Señoras, señores, eso no va a ocurrir, ni hoy, ni mañana, ni pasado. La situación es siempre creada por uno mismo, consciente o inconscientemente, trata de un acto, de un impulso, y sobre todo de valor. ¿Esperar? ¿El tiempo ha esperado alguna vez a alguien? Piensa, vuelve a pensar, actúa, valora, conoce.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Esa es la cuestión.

Si bien dicen, cuando empezamos a conocer a alguien diferente, fuera de lo común, nos atrae la idea de preguntar en qué se diferencia de los demás, pese a que ademas también digamos que comparar es uno de los grandes vicios en en este planeta.
Hecha ésta, nuestra tesis acerca de lo normal y lo "NO" tan normal, tendemos a pensar cómo sería el compartir momentos con esa persona diferente al resto, con ese "bicho raro" que no sabes como, pero que te llama la atención tanto, que sigues queriendo descifrar cosas acerca de él.
Tendemos a preguntarnos demasiadas cosas, como por ejemplo las oportunidades. 
Siguiendo con las frases hechas y conocidas, seguiremos con un "Las oportunidades buenas se dan una sola vez". Particularmente, yo, he de decir que no estoy de acuerdo con esta frase. Cuando se da la oportunidad, ello conlleva que tú estés preparada para tal paso, o mejor dicho, que ambos estén preparados para tal oportunidad, tanto la parte que te brinda la oportunidad, como quien recibe tal oportunidad. Quizás mi punto de vista es sólo eso, un punto de vista, pero bien creo en que el tiempo, el espacio, y tu yo interior son los que propician que las oportunidades se den mas de una sola vez, y que por lo tanto, oportunidades buenas se puedan dar más de una sola vez.

Volviendo a los bichos raros, servidora, con las teclas bajo las yemas de sus dedos y sin pudor a la hora de decirlo, se identifica con este término.

Soy ese tipo de persona que odia el cola cao y sus dichosos grumitos, esa que cuando llovía e iba detrás en el coche hacía carreras con las gotas de agua. Esa que haga frío o haga calor, tiene que ducharse con agua a temperatura mínima de 35 grados. Esa que necesita mínimo de una sábana para dormir aunque muera de calor con ello. Esa chica rara que prefiere un día de lluvia y chocolate a uno de playa y sol. La "freak" que fotografía todo aquello que le parece diferente y original. Esa que tiene en un pedestal la comida y que odia a las personas que no comen absolutamente nada.( Sí, es algo que no entiendo).
La loca de los zapatos (ésta última descripción aportada por mi madre) y un sin fín de rarezas varias.

No hace mucho, escuché a alguien decir que no iba a dar ninguna oportunidad más en su vida.
Pese a mi edad, y aunque considere que no he vivido ni una cuarta parte de toda mi vida, esa frase me hizo reflexionar.
¿Y si todo el mundo pensase de tal forma?¿Y si todo el mundo pensara como esa persona y no diese oportunidades a la gente, existirían? Y en tal caso, ¿Existirían las relaciones?.
Se trata de arriesgar, nunca se sabe cuando vas a ganar o cuando vas a perder, pero se asume el riesgo.
Arriesgas para ganar, arriesgas para perder. Preguntas para saber. Pruebas para conocer. Sin oportunidades, estariamos en un mundo llano y sin altibajos, sin personas felices, sin personas tristes, totalmente llano.
De ahí que yo tome las oportunidades como algo mas allá de lo normal, mas importante de lo que algunos piensan, y es que vuelvo a decir, bajo mi punto de vista, y despidiéndome con una opinion personal, hay que valorar más las oportunidades y no darse por vencido cuando se pierde, pues no pierdes , ganas una historia más que contar.


domingo, 20 de mayo de 2012

Maktub.

Un dia, cierta persona se paró a preguntarme casi sin llegar a tener nada que ver en la conversación que entablabamos que si creía en el destino. Le conteste que no, si no es bien cierto, de esto ya hace un par de años y creía haber alcanzado cierto conocimiento sobre el tema, no es tarde para retirar lo dicho, nunca lo es, pues, ahora mismo pienso totalmente lo contrario. 
Quizás el tiempo, amigo de la sabiduría y quizás enemigo de otros tantos, ha sido el motor que me ha llevado a pensar lo anteriormente mencionado. Nunca me había parado a pensar en todas las extrañas situaciones que, de un modo u otro te llevan a hacer una cosa totalmente opuesta a la que tenías en mente en esos momentos. El simple hecho de sentarte un día en un metro, salir un sábado a comprar el pan a una hora concreta, o simplemente pasear con tu perro por el parque porque estaba realmente pesado e inquieto. 
Vuelvo a hablar de él, de el tiempo. 
A esa hora, justo a esa hora decidí despertarme, tomar lo primero que tenía a mano, ponérmelo, y sin siquiera peinarme, bajar a por el pan. No sabía ni por asomo lo que me ocurriría minutos después, de haber sido así, creo que habría decidido peinarme, parecía un león en el que sólo se fijarían a la hora de ver una pelicula de la MGM y porque aparece al principio. Crucé la puerta de la panadería, hacía incluso dias que no pasaba por allí. Tropecé con el juguete de un niño que llevaba una señora despreocupada. Parecía mas interesada en conseguir su fortuna light que en ver que su hijo estaba intentando abrir una botella de vinagre y ponerse realmente perdido. Caí, fue una caída de esas que sólo se ven en los programas de risa con cámara oculta, de esas que, aún estando en el suelo alzas la cabeza para ver si había mucha gente observándote y te sonrojas, en mi situación, cuando alcé la cabeza lo primero que vi fue su mano extendida preguntándome si estaba bien. Volvemos a hablar del tiempo. Esa hora, ese momento. ese niño con el juguete y el vinagre, esa señora con su mono de fortuna light, y esa mano extendida. Por un segundo pensé que podría ser el panadero, pero la voz que escuché en mis segundos de shock  no correspondía a la del panadero, correspondía a un chico quizás no realmente guapo, pero con una mirada de las que primero observas un ojo, y luego el otro, y después ambos.
No le había visto nunca por allí, tampoco suelo darle rienda suelta a la imaginación sobre si volvería a verle, o si era de fuera pero se había mudado aquí, así que no le di mas que las gracias, me espolse un poco el trasero, y me incorporé de inmediato totalmente color rojo tomate. Le di las gracias y él respondió con un "De nada" acompañado de una sonrisa amplia que achinaba sus ojos de una manera muy graciosa. Salí de la panadería como si nada, y proseguí mi rutina diaria sin ningún tipo de cambio.  Un par de años mas tarde, el destino quiso que nos encontrásemos de nuevo en la universidad. No compartíamos carrera, pero sí amigos en común en ella. Coincidíamos en varios festivales universitarios y sólo cruzabamos las miradas como extraños, y en contadas ocasiones sonreíamos porque ambos recordabamos la bochornosa situación de mi lamentable tropiezo. Sin saber cómo, una noche cenando con unas amigas él fue al mismo restaurante que yo con sus amigos, que como antes mencioné eran comunes a las mías, así que compartimos mesa. Decidí en un arrebato hablarle, el primer tema que se me ocurrió fue el típico: "Yo te conozco". Seguido de: "Espero que no me pusieses aquel día la etiqueta de patosa". Él sonrió y pudimos estar durante varias horas hablando sin parar. El siguiente paso, dado el siglo en el que estamos y las circunstancias tecnologicas, fue intercambiar telefonos y lo de hablar se convirtió en un acto cuotidiano. Salimos juntos meses mas tarde.
Vuelvo a referirme al tiempo. Ese que quiso que pasase de esa forma, ese día, a esa hora, con esos amigos comunes. Ese que me llevó a no escoger otra universidad. Ese que detrás de todo mi pasado, hizo que cambiase mi opinión. Y no por el hecho básico de encontrar a una persona, que no es tarea fácil ni mucho menos, si no por darme ese tiempo de reflexión, de pararte a pensar miles de minutos por qué suceden las cosas. Por qué pasas por determinados momentos. Por qué te caes y te ayudan a levantarte, y por qué te ayuda esa persona a levantarte. Y quizás también te preguntes si realmente deberías darle las gracias a esa señora de los fortuna light a tener mono a esa hora y descuidar a su pequeño diablillo. 

¨¿Quién, tras un desastre grave, no ha vuelto la vista atrás con asombro ante la inconciliable torpeza de comprensión que le impidió percibir las numerosas hebras diminutas con que el destino teje la red inextricable de nuestros destinos, hasta que se ve atrapado en ella?¨ 

Mary Shelley, El último hombre.

lunes, 5 de marzo de 2012

Es fácil desesperar. Básicamente es inercia.

Cómo encontrar la fórmula exacta de no caer en el error. Verás, no sigas buscando, no existe. Sólo a través del error conseguirás darte cuenta de lo realmente cierto. Y lo cierto es que caerás tantas veces como tus ojos parpadeen.
No existe el sendero perfecto, ni la vida perfecta, eso sólo es un cúmulo de inventos que nosotros solemos creer gracias a la triste ignorancia que poseemos.
Cada cual tiene una idea de lo perfecto que en realidad podría ser imperfecto para la persona de tu izquierda. Caerás, pero esto te ayudará a no tomar ese camino de nuevo, o tal vez vuelvas a caer, pero de un modo totalmente distinto, ya sabiendo lo que otorga el paso del tiempo a medida que vas errando, otorgándote una verdad, otorgándote tu idea de perfección y lo que tu conjunto de sentimientos quieren en algo "perfecto" para ti.
Por ello quiero seguir equivocandome, será el error más perfecto y dulce al que me someta.

lunes, 19 de diciembre de 2011

No necesita explicación.

Compartir un camino no es tarea fácil.
Encontrar a alguien que quiera hacerlo contigo es muchísimo más complicado.
Por tu vida pasarán miles de personas que te podrán hacer ver diferentes e infinitas cosas, sentimientos, sensaciones que cada vez que pasan son nuevas.
Pero entonces llega esa persona, justo en el momento imperfecto, de la manera mas rara, y cuando tú no lo esperas.
Esa persona que te hace llegar a ver lo indescriptible, a demostrarte que cada día es feliz porque tú lo quieres compartir con él o ella. Esa sonrisa que hace que se te contagie y se te ponga toda la real cara de bobo. Esa lágrima que significa alegría y felicidad. Esa persona con la que realmente te da igual si es verano o invierno.


¿Qué harías si tuvieras todo el tiempo de este mundo?


-Entonces tú serias diferente, si me siento derrotado, tú me haces mas fuerte.